Testosterona libre
La cantidad de testosterona que se secreta en la células de leydig no se utiliza por completo ya que esta es unida a las proteínas SHBG (globulina fijadora de hormonas sexuales, también se le conoce como globulina fijadora de esteroides sexuales y globulina fijadora de testosterona-estradiol) y a la albumina, dejando una mínima cantidad de testosterona libre en plasma. Las hormonas esteroidales tienen mayor atracción a la SHBG que a la albúmina, aunque hay mayor cantidad de albúmina en relación de 1000-1. Por lo tanto, la actividad de ambas relativamente es igual. Los niveles de testosterona en hombres es 45% unida a la SHBG y 53% unida a la albumina y el resto que consta de un 2% está libre, en mujeres el 1% de testosterona es libre.
El nivel de testosterona libre en sangre también es un factor importa ya que dependiendo del nivel ejerce su acción anabólica. Las modificaciones que se le han hecho a la molécula de la testosterona, hacen que sea más o menos afín a las proteínas transportadoras.
Por ejemplo, Provol que es la mesterolona (1-metil dihidrotestosterona) se une con SHBG muchas veces más ávidamente que la testosterona. El nivel de SHBG presente en el cuerpo también es variable y puede ser alterado por varios factores. La más destacada parece ser la concentración de estrógenos y hormonas tiroideas presentes en la sangre. También se ha demostrado que un nivel elevado de andrógenos debido a la administración de esteroides anabólicos / androgénicos reduce considerablemente los niveles de esta proteína.
No solo la disminución de la SHBG inducido por el estanozolol o la testosterona es la única opción para elevar los niveles de testosterona libre, también hay esteroides que tienen la habilidad de unirse a esta proteína como la dihidrotestosterona, Turibol, Provol y el Oxybol.
Aunque tratamos de mantener suprimida o saturada esta proteína también juegan un papel vital en el transporte y funcionamiento de los andrógenos. Las proteínas de unión actúan para proteger el esteroide contra el metabolismo rápido, asegurar una concentración de hormona en la sangre más estable y facilitar una distribución uniforme de la hormona a varios órganos del cuerpo. El reciente descubrimiento de un receptor específico para la globulina de unión a hormonas sexuales (SHBG-R) ubicado en la superficie de la membrana de las células del cuerpo que responden a los esteroides también sugiere un papel mucho más complicado para esta proteína que únicamente el transporte de hormonas. Sin embargo, queda claro que manipular la tendencia tanto de la función como la disposición, es una estrategia efectiva para potencializar el esteroide anabólico androgénico.
Fuente:
LlewellynW; O´ConnorT; TouliatosG; KoertW. & Shelley J. “William Llewellyn´s Anabolics” (2017). Molecular Nutrition, EUA. ISBN-13: 978-0-9990621-0-4.
